domingo, 25 de septiembre de 2011

Investigación participativa. Primer valor: la pluralidad

A lo largo de este semestre realizaremos una serie de estudios personales (investigacioncitas, lo bauticé) relacionados con la alfabetización digital y vinculados a cada uno de los contextos profesionales y de las intenciones personales de cada una de las maestras. En sus blogs irán posteando tanto sus planes de investigación como sus hallazgos, anécdotas, informaciones, y dudas que les surjan a lo largo de ese estudio.

Para rizar el rizo aún incluí una condición más. Que ese estudio estuviera inspirado en los principios de la investigación-acción participativa (IAP). Es tiempo de dar más detalles.

Empemos, pues, con uno de esos principios: la pruralidad. La IAP apuesta por una investigación democrática, en la que el investigador salga de su torre de marfil (su biblioteca, su laboratorio) y dialogue con las diferentes personas involucradas en una situación educativa. Y se ponga a trabajar con ellos para definir su problema de investigación, sus teorías para entenderlo, sus métodos para obtener los datos y la forma de resolver o explicar el problema inicial . Todo ello hecho a varias manos, con la intervención de varia personas, con la integración de varias formar de ver y vivir ese mismo fenómeno. Así que el primer principio que debe inspirar esos "insights", esos estudios, esas investigacioncitas, es la pruralidad. Debe ser, de alguna manera, coral, no solista. Las voces, las experiencias de aquellos involucrados en la problemática específica que quieran estudiar deben estar presentes. Deben haber sido escuchados (Van de Ven (2007)

Referencias:
Van de Ven, A. H. (2007). Engaged Scholarships. A guide for Organizational and Social Research. Oxford University Press.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Educación para la ciudad digital

Hoy hablamos del modelo educativo propuesto por diferentes compañías de tecnología junto con la secretaría de educación estadounidense. Según ellos, la educación del siglo XXI debe dar un giro sustancial. Deben incoporarse nuevos contenidos (ciudadanía, cultura global...), nuevas habilidades intelectuales (de gestión de información y de comunicación digital) y nuevas actitudes (de aprender por uno mismo, de ser creativo, flexible, adaptable, innovador...).

Y es que la tecnología electrónica ha cambiado nuestras vidas en un tiempo récord. Hace tan solo veinte años yo no conocía el celular. Aprendí a teclear en máquinas de escribir. Abrí mi primera cuenta de correo a los veintitres años. Y, ahora, una década (y cachito) después, trabajo como profesor más horas en una compu que frente a mis alumnos, me conecto con mi familia (al otro lado del océano) por medio de Skype, e investigo asuntos relacionados con las redes sociales. Y soy uno más. Más tecnologizado que el promedio de los adultos de mi generación aquí en México, pero bastante menos que los alumnos a los que les doy clase. Y mi caso personal es sólo un IP en el universo de internet y de la digitalización de la vida.

Es el mundo hacia el que caminamos, así como los hombres de finales del s. XIV fueron testigos de la transición hacia un mundo regido por la palabra escrita y la imprenta. Hacia la "ciudad letrada", como decía Angel Rama. Ahora caminamos, si todo continúa en esta dirección evolutiva, hacia la "ciudad digital". Hacia una ciudad de cristal, como predice este comercial de una empresa de tecnología:



Referencias:
Rama, A. (1984). La ciudad letrada. Hanover, Nueva Jersey: Ediciones del Norte.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Comunidades de práctica (Etienne Wenger)

Desde los años 90 hay muchas corrientes educativas que piden a gritos crear estructuras escolares más flexibles, participativas y horizontales. El fracaso sistemático de las reformas educativas que parten de los centros de poder (el gobierno, los centros de investigación) y se implementan en las escuelas sin contar con sus circunstancias locales y sus protagonistas es cada vez más escandaloso. La brecha entre lo que los alumnos necesitan aprender en el siglo XXI y lo que los programas y profesores insisten en enseñar es ya un socavón. A fuerza, ni los zapatos entran.

Etienne Wenger apuesta, como camino alternativo, por las "comunidades de aprendizaje", que son grupos de personas que comparten intereses y que buscan fines comunes. En esos grupos la relación entre los miembros es tan importante como las actividades que realizan. No necesitan un líder visible que coordine y programe su colaboración, sino que ésta surge de manera más o menos espontánea. En ellas, dice Wenger, el aprendizaje florece de manera natural. Todos aprenden de todos. Y, en la medida de lo posible, las escuelas debieran ofrecer oportunidades para ese tipo de interacción.

Las similitudes entre estas "comunidades de aprendizaje" de Wenger y la "investigación- acción en comunidad" (community-based action research) de Stringer son muy interesantes. En ambos casos el conocimiento se genera de forma grupal. Se hace, además, sin centralizar ni coordinar jerárquicamente las relaciones. Y ambas aspiran a un proceso que contribuya a la vez a generar cambios en el entorno y, al mismo tiempo, a que cada uno de los participantes aprenda de esa red de participación colaborativa. De hecho, la Investigación Acción puede ser considerada como un tipo de "comunidad de práctica".

sábado, 3 de septiembre de 2011

Del queso gruyere al panela de Santa Cruz Aquiahuac (clase del sábado 3 de septiembre)

Hoy comentamos en la clase el artículo de José Tejada Fernández (2000). Este educador, desde la Universidad Autónoma de Barcelona, nos resume las dificultades y los retos que las transformaciones que el mundo ha vivido en las últimas décadas (lo que solemos entender por "globalización") han traído a las escuelas. Su visión de la globalización, desde luego, enfatiza los rasgos problemáticos. Más que un queso holandés, compactito, la sociedad de la información es un queso Gruyere, lleno de agujeros que dejan fuera de él a muchas personas, regiones, lenguas y tradiciones culturales. Tejada Fernández cita a Carlos Fuentes y se pone de su lado en el deseo de buscar una educación más incluyente para México (Fuentes, 1997).

El autor nos dibuja un escenario de cambios que traería consigo la globalización de la educación: cambios en los medios y procedimientos de enseñanza (del texto y la autoridad del profesor a la progresiva tecnologización del aula, los recursos multimedia y el autoaprendizaje en internet); cambios en la organización de las instituciones educativas (de una cultura vertical y gubernamental a otra cada vez más horizontal, contextualizada y colaborativa); cambios en los mismos contenidos de enseñanza (de habilidades y conocimientos de especialización a las competencias emergentes en el siglo XXI, como el pensamiento crítico, el alfabetismo digital, la ética ciudadana, la creatividad, el trabajo colaborativo, etc).

Pero en clase vimos cómo nuestras realidades educativas aún están lejos de verse inmersas en esos cambios. Algunos sí empiezan a asomar, aunque las resistencias al cambio aún son muchas (en los administradores de la educación, los profesores y los propios alumnos).

Sin embargo, desde esta clase no renunciamos a explorar con ojo crítico esas posibilidades de cambio. Por ello emprenderemos una serie de intervenciones educativas inspiradas en la Investigación Participativa (similar a la propuesta de la Action Reseach). Hoy, Liliana, una de las maestras (/alumnas) de la clase nos trajo queso panela de su "rancho" en Santa Cruz Aquiahuac. Fue una forma brillante de terminar la clase. Del pesimismo del queso Gruyere de la globalización evolucionamos hacia el valor del queso panela de la glocalización, es decir, de la posibilidad de insertar lo local en lo global y viceversa.

Como muy bien entendieron ustedes mismas, este mismo blog es un granito más de arena hacia la construcción de ese esfuerzo glocal de situar nuestras realidades educativas de la región de Puebla y Tlaxcala en el mapa mundi de la internet. ¡Ya tenemos visitantes de Alemania y EEUU! Ummm... qué pena que no les podamos llevar el queso tan rico de los ranchos de estas tierras. Pero, bueno, nos conformamos, de momento, con mostrarles las artesanías digitales educativas de nuestros blogs. ;-)

Referencias:
Fuentes, C. (1997). Por un progreso incluyente. México, Instituto de Estudios y Sindicales de América. Disponible en: http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/publ/boletin/138/pdf/bol138b.pdf

Tejada Fernández, José. (2000). La educación en el marco de una sociedad global: algunos principios y nuevas exigencias. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado.

Action Research (Stringer, 1999)

El primer capítulo de Action Research (Stringer) es estupendo. Si Carr y Kemmis (1986) sostenían la defensa de la Action Research con argumentos filosóficos, Ernest Stringer parte de una crítica realista: los esfuerzos de los modelos de intervención educativa anteriores (positivistas o constructivistas, pero siempre desde una visión jerárquica y centralizada de la educación) han fracasado en su voluntad de resolver la problemática educativa de las últimas décadas. El autor piensa en las escuelas del mundo cultural anglosajón de finales del siglo pasado. Pero creo que su reflexión también puede aplicarse a México y a lo que llevamos de siglo XXI.

El libro, además, se vuelve entrañable, pues el autor no sólo  incluye reflexiones sobre la Action Research. También nos cuenta fragmentos de su propia vida, de su propio proceso de evolución como maestro e investigador. Por ejemplo, nos relata la crisis que sufrió en Australia, cuando lo enviaron a las zonas más rurales del país, con alumnos aborígenes ("indígenas", diríamos en México). Allí descubrió que sus métodos tradicionales de enseñanza chocaban con la mentalidad y la idiosincrasia de esas comunidades. Allí le cayó el veinte. Allí aprendió a ser más autocrítico, a ser más creativo y a ser más sensible a la forma de pensar y hacer las cosas de los otros. Allí se empezó a volver profesor-investigador.

Referencias:
Carr, W. and Kemmis, S. (1986). Becoming critical. Education, Knowledge and Action Research. London and Philadelphia, Falmer Press
Stringer, E. (1999). Action Research. Thousand Oaks, California, SAGE Publications.