domingo, 17 de noviembre de 2013

Primeras conclusiones: panorama de la enseñanza de la literacidad en Tlaxcala

Entramos en la última fase de nuestro proyecto. Recapitulo. Cada uno de los alumnos (Adriana Ramírez, Adriana Rosales, Areli, Clau, Esme, Estela, Magui, Marti, Rubí) de la materia Didáctica de la literatura en la Maestría en Lenguas Modernas y Análisis del Discurso (UAT, Tlaxcala) hicieron un pequeño estudio de algún aspecto de la enseñanza de la literacidad (o sea, de la lengua o de la literatura) en sus contextos escolares. Resumieron el reporte de su estudio en dos cuartillas, que todos leímos y comentamos. Después, yo elaboré una especie de síntesis de las conclusiones de los estudios en un mapa conceptual, que debatimos en la pasada clase del jueves para poder definir mejor los aspectos que más nos resultaban relevantes para entender la enseñanza de la literacidad en Tlaxcala.
 
Aguas. Este proyecto no tiene la pretensión de ser sistemático ni empírico, ni de generalizar de forma contundente lo que no funciona bien o puede ser mejorado en la educación de lengua y literatura. No. Sólo queremos sumar nuestro grano de arena en la reflexión educativa y la principal contribución es, de hecho, la formación de nosotros mismos. Queremos experimentar en carne propia una clase que no se base en la transmisión de conocimientos sino en la construcción colaborativa de esos conocimientos. Y al hacerlo queremos también mejorar nuestra comprensión de la realidad educativa que nos rodea, o sea, de las diferentes escuelas y universidades de las que formamos parte y de cómo se enseña y se aprende en ellas a leer y escribir (y a conocer la literatura). En pocas palabras, queremos aprender haciendo.
 
Pues bien, más allá de que cada estudio abordó un aspecto específico (estrategias de enseñanza, formación docente, uso de recursos tecnológicos, prácticas lectoras de la comunidad, retórica de ciertos géneros académicos, etc.) y lo hizo, además, en un contexto educativo especifico (primaria, preparatoria, universidad, entre otros), lo cierto es que intentamos identificar algunos problemas generales. Hicimos, pues, una especie de "zoom back", para tener un mapa más global de la enseñanza de la literacidad en Tlaxcala. Éstas son los principales líneas de reflexión que nos parecieron más reveladoras de lo que, a nuestro parecer, son los problemas principales que presenta la docencia de la literacidad en nuestra región.
 
 
1. Problema: Brecha entre la escuela y la comunidad:
Los programas educativos relacionados con la literacidad no parecen responder suficientemente a las necesidades locales ni contemplan de forma sistemática las prácticas sociales de las comunidades a las que pertenecen las escuelas. Existen algunos avances en los nuevos programas de la SEP, pero la inercia de que la escuela y la comunidad se den la espalda (en lugar de colaborar y enriquecerse mutuamente) es grande.
Propuesta: diseño de actividades que exploren las relaciones escuela-comunidad en ambos sentidos (que las tradiciones y valores de las comunidades formen parte de los textos y prácticas de lectoescritura que se dan en la escuela, y que las actividades de aprendizaje escolares redunden en algún tipo de beneficio para la comunidad).
Esas actividades pueden ser de muy diferente tipo. Platicamos el jueves, por ejemplo, del interés de los relatos orales como literatura viva de esas comunidades. O de la utilidad de explorar textos más relevantes o motivadores (de autoayuda, de terror). También se podría invitar al aula a personas de la comunidad que pudieran compartir algo valioso.
Coordinadora de este aspecto: Adriana Rosales (Claus, Adriana Ramírez)
 
2. Problema: brecha entre el discurso educativo oficial (constructivista, competencial) y la práctica docente (magistral)
Por un lado los maestros y los programas educativos hablan de "competencias", de "aprendizaje activo", de la importancia del trabajo colaborativo. Pero parece tratarse de un discurso más que de una praxis. En el aula sigue predominando las rutinas de la clase magistral en la que el maestro es el experto de un conocimiento y el alumno un reproductor del mismo.
Propuesta: se requiere la evolución de la cultura escolar hacia una concepción más participativa del desarrollo de la lectoescritura donde el alumno asuma un rol más activo en su aprendizaje.  En clase comentamos que aún pesa mucho la relación vertical profesor-alumno, donde el alumno sólo ejecuta las órdenes que el profesor le da. Cuando el profesor invita a la participación muchas veces obtiene indiferencia por parte de los alumnos. El truco puede estar en el diseño de actividades, que realmente impliquen colaboración, participación, que sean motivadoras para los alumnos. Que tengan que hacer cosas. Que tengan que leer y escribir cosas que sean significativas para ellos y su futuro, no sólo para el cumplimiento del programa escolar.
Coordinadores: Areli, Marti
 
3. Problema: cultura organizacional escolar poco colaborativa (vertical, individualista)
Desde hace algún tiempo se han impulsado los consejos técnicos, las academias, para motivar la participación de todos los agentes educativos (maestros, directores), pero el esfuerzo, de momento, no parece rendir frutos. Sigue predominando una estructura vertical, donde los programas se implementan de "arriba" a "abajo" (SEP- dirección escolar- docente-alumno).
Propuesta: acciones que exploren los beneficios de una estructura más colaborativa, horizontal y de "abajo"- "arriba" (alumnos-docentes-dirección escolar). Es decir, iniciativas que salgan del alumno, que el profesor capitalice, que los maestros compartan proyectos, recursos, ideas, actividades y que, en última instancia, la escuela articule y administre esas iniciativas, las legitime y reconozca como valiosas.
Coordinadores: Magui, Esme.
 
4. Problema: Deficiente formación docente para el área de lengua y literatura
Hay dos problemas implicados. Por una parte, existe una devaluación de esas materias, que hace que una parte significativa del profesorado que las imparte no tenga una formación disciplinar adecuada (son licenciados en otras áreas). Además, no hay una formación especializada en la docencia de esas habilidades de lectoescritura, de manera que incluso si el docente sabe mucho de lengua o de literatura no sabe bien cómo desarrollar el aprendizaje de esos conocimientos.  
El reto es escapar de los discursos "colaborativos" que son sólo eso, discursos, buenas intenciones abstractas, y que no se traducen en el cambio de actitud y en la realidad cotidianas escolar. Y relacionar esa colaboración con el aprendizaje de la lengua y la literatura.
Coordinadores: Estela, Rubi, Maggie
 
5. Propuesta transversal a todos los problemas: Diseño de actividades especificas (recopilación de estrategias de aprendizaje colaborativas) 
Responsable del tema: Todos (as) integrantes.