Dice Steve O'Hear que el blog permite "a truly democratic learnig space". Varios son los argumentos: cada entrada puede ser comentada por compa eros y profesor; el conocimiento generado en clase puede compartirse con toda la comunhidad de forma gratuita; el alumno se vuelve investigador y productor del conocimiento, es decir, se empodera su individualidad; y, en definitiva, el blog se convierte en una herramienta al servicio del conocimiento colectivo.
Hasta ahí la teoría. Porque en la práctica la aplicación educativa de los blogs es un camino lleno de trampas. El estudio de Luis Antonio Monzon documenta uno de los problemas mas frecuentes: la falta de cultura autiodidacta en los estudiantes, acostumbrados a actividades de aprendizaje mucho mas dirigidas y controladas por el profesor. Ya saben. El mal de Estocolmo. Uno se enamora de la soga que lo esclaviza. Por eso Monzon recomienda que el profesor instruya más a sus estudiantes en el uso de esta tecnologia y dirija más de cerca su agenda de trabajo. Como diríamos en México: que lo ate en corto.
Yo estoy en desacuerdo. Si lo que nos falta es una cultura más autodidacta lo que hay que hacer es inspirarla, no obligarla. Hay, por ejemplo, otras estrategias para motivar. Una de ellas es que el profesor tambien construya su propio blog y se ponga a escribir con ellos. Como parte de la comunidad. También, puede usar el tiempo del salon de clase para que los alumnos se pongan a leer y escribir en medios digitales. Puede crear actividades de escritura a varias manos. O en secuencia. En definitiva, menos control y más imaginación.
Aquí va un video donde Cassany reflexiona sobre la utilidad educativa de los blogs: