El primer capítulo de Action Research (Stringer) es estupendo. Si Carr y Kemmis (1986) sostenían la defensa de la Action Research con argumentos filosóficos, Ernest Stringer parte de una crítica realista: los esfuerzos de los modelos de intervención educativa anteriores (positivistas o constructivistas, pero siempre desde una visión jerárquica y centralizada de la educación) han fracasado en su voluntad de resolver la problemática educativa de las últimas décadas. El autor piensa en las escuelas del mundo cultural anglosajón de finales del siglo pasado. Pero creo que su reflexión también puede aplicarse a México y a lo que llevamos de siglo XXI.
El libro, además, se vuelve entrañable, pues el autor no sólo incluye reflexiones sobre la Action Research. También nos cuenta fragmentos de su propia vida, de su propio proceso de evolución como maestro e investigador. Por ejemplo, nos relata la crisis que sufrió en Australia, cuando lo enviaron a las zonas más rurales del país, con alumnos aborígenes ("indígenas", diríamos en México). Allí descubrió que sus métodos tradicionales de enseñanza chocaban con la mentalidad y la idiosincrasia de esas comunidades. Allí le cayó el veinte. Allí aprendió a ser más autocrítico, a ser más creativo y a ser más sensible a la forma de pensar y hacer las cosas de los otros. Allí se empezó a volver profesor-investigador.
Referencias:
Carr, W. and Kemmis, S. (1986). Becoming critical. Education, Knowledge and Action Research. London and Philadelphia, Falmer Press
Stringer, E. (1999). Action Research. Thousand Oaks, California, SAGE Publications.
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