La clase de hoy ha sido una paradoja. Ha funcionado, por momentos, un tipo de intimidad que no habíamos creado otras veces. La ausencia de tecnología nos obligó al acercamiento humano. Sólo faltó un pequeño fuego en medio (como el que reunía a las familias de Cardeñosa, el pueblo de mi madre). En cambio, tal vez la sesión de hoy fue la que tuvo una interacción más dialogante y colaborativa, más cercana al tipo de prácticas de aprendizaje que fomenta la red. Juntos autoanalizamos nuestras prácticas blogueras. Expresamos dudas, ambiciones y críticas. Nos autoevaluamos. Así que en términos de Lanskhear y Knobel (2008), hoy coincidió nuestra clase con menos 'sustancia técnica' y con más 'sustancia espiritual'.
Yo les compartí mi dilema personal acerca de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación. Por una parte, veo en ellas herramientas potencialmente muy poderosas para el aprendizaje escolar. Es decir, veo la posibilidad de integrarlas en prácticas escolares convencionales. Por otra, veo que hay colisiones de fondo entre esas prácticas escolares y el tipo de mentalidad ligada a los nuevos alfabetismos. Como agua y aceite.
Hablamos de Wikipedia como ejemplo de éxito de la inteligencia colectiva humana y el ánimo colaborativo de los nuevos alfabetismos. Y los fanfiction, como "literatura" digital de los internautas, que a mí me recordaba a la cultura oral de los cantares de Castilla (te extraño, abuelita!). O Wordreference, como un traductor al que le puedes hacer cualquier pregunta. Y alguien en la red te responde. El planeta entero como maestro personal a tu disposición.
En fin... un día lleno de siembras.
Coincido con tu reflexión sobre la sustancia espiritual en la clase de alfabetización, creo que esta parte de la interacción personal es la que me mantiene un tanto resistente al uso de la tecnología en la educación, como lo comentamos en la clase, seguramente se debe al tipo de educación en la que ha crecido mi generación. Estoy segura que para una generación más reciente, la clase anterior se hubiera tornado pesada y un tanto aburrida al no tener el acceso a la tecnología. Sin embargo, desde mi perspectiva, interactuar de manera directa me parece uno de los elementos comunicativos más ricos. Por otro lado, con todo lo que hemos abordado en las clases y la forma que nos contagias el gusto por la tecnología, de cierta manera comienzo a descubrir esa sustancia técnico y espiritual de la que habla Lanskhear y knobel.
ResponderEliminarLiliana Suárez
Gracias por tus palabras. No creas... todos tenemos resistencias... todos somos migrantes hacia ese nuevo continente digital. Sólo que yo siempre he difrutado de la migración. En la tele siempre la pintan como un drama humano. Para mí es el más feliz de los destinos... estar siempre en camino. Ya sabes, caminante no hay camino. Se hace camino al andar (Machado)
ResponderEliminarSergio